LOLITA
Autor : Vladimir NabokovNacionalidad : Ruso
Camila enríquez rascón
¿Por que elegí esta novela?
La prosa es fascinante, perturbadora y muy bella, y el relato oscila entre el género erótico, la novela policial, el drama psicológico, y el alegato legal presentado como una tardía confesión. Esta riqueza narrativa produce cambios de ánimo en el lector quien modificará su sentir conforme avance en la lectura: rabia e impotencia ante el engaño urdido por el falso padre, sorpresa ante los avances de la niña, dolor por la impostura que tiene que tragarse Charlotte, desconsuelo ante los avatares que le depara la vida a Lolita, y en algunos momentos, hasta compasión por el pederasta. Todo ello expresado con un lenguaje impecable, de trazo fino, que refleja el buen gusto del narrador, hombre complejo, de una exquisita sensibilidad.
Resumen del argumento ;
La historia de la obsesión de Humbert Humbert, un profesor cuarentón, por la doceañera Lolita es una extraordinaria novela de amor en la que intervienen dos componentes explosivos: la atracción "perversa" por las nínfulas y el incesto. Un itinerario a través de la locura y la muerte, que desemboca en una estilizadísima violencia, narrado, a la vez con autoironía y lirismo desenfrenado, por el propio Humbert Humbert. Lolita es también un retrato ácido y visionario de los Estados Unidos, de los horrores suburbanos y de la cultura del plástico y del motel.
Personajes y caracteristicas :
Lolita : una doceañera malhumorada,muy madura para su edad
Humbert : un cuarentón de un humor satírico y sardónico
¿Qué me gustó más de la novela?
Al principio conocemos a Humbert Humbert, un hombre de personalidad sofisticada, culto, atractivo, de un comportamiento aparentemente irreprochable. Y que además tiene un nombre interesante, de diversos significados y con el cual Nabokov se da el gusto de jugar libremente. Al principio, a pesar de su aparente comportamiento correcto y europeo (termino con el cual se describe numerosas veces el comportamiento de Humbert), podemos notar que lejos de los bellos eufemismos que utiliza Nabokov para describirlo, es un pedófilo inocuo. ¿Pedófilo inocuo? se preguntará usted. Parece un término contradictorio y poco veraz, sin embargo, si lee el libro podrá darse cuenta que al principio, Humbert parece ser efectivamente esto. Un hombre ligeramente (¿ligeramente?) perturbado, que gusta gozar de niñitas, sin embargo, preocupado de que su comportamiento no genere consecuencias en las niñas fruto de su placer. Es decir, observándolas, mediante caricias que ellas no están conscientes de estar dando, mientras están dormidas, o sencillamente mientras ellas no se dan por aludidas de nada de lo enfermizo que ocurre a su alrededor. Grotesco, pero inocuo si lo mira desde una perspectiva literal. Sin embargo, es después del primer tercio del libro que se revela la verdadera identidad de Humbert, la cual nos permite descubrir por nosotros mismos la verdad de que ningún pedófilo es inocuo. Expresiones como "mi princesa", "mi amor", "mi pequeña nínfula", "mi amada", después del primer tercio del libro pasan a ser "mi pequeña cautiva", "mi niña-esclava", "mi putilla". Es cierto que Lolita inicia la seguidilla de eventos que terminarán en catástrofe, pero si lee el libro, podrá darse cuenta que Lolita actúa permanentemente bajo una lógica infantil de la cual Humbert, adulto, abusa de la misma forma en la que abusan los violadores y los psicópatas. ¿Era Lolita sexualmente precoz? quizá sí, pero el hecho de ser sexualmente precoz o activa no la volvía menos niña. ¿Es Humbert un abusador, un violador, una criatura repugnante y de comportamiento reprochable? Sin duda, sí. Al principio conocemos a Humbert Humbert, un hombre de personalidad sofisticada, culto, atractivo, de un comportamiento aparentemente irreprochable. Y que además tiene un nombre interesante, de diversos significados y con el cual Nabokov se da el gusto de jugar libremente. Al principio, a pesar de su aparente comportamiento correcto y europeo (termino con el cual se describe numerosas veces el comportamiento de Humbert), podemos notar que lejos de los bellos eufemismos que utiliza Nabokov para describirlo, es un pedófilo inocuo. ¿Pedófilo inocuo? se preguntará usted. Parece un término contradictorio y poco veraz, sin embargo, si lee el libro podrá darse cuenta que al principio, Humbert parece ser efectivamente esto. Un hombre ligeramente (¿ligeramente?) perturbado, que gusta gozar de niñitas, sin embargo, preocupado de que su comportamiento no genere consecuencias en las niñas fruto de su placer. Es decir, observándolas, mediante caricias que ellas no están conscientes de estar dando, mientras están dormidas, o sencillamente mientras ellas no se dan por aludidas de nada de lo enfermizo que ocurre a su alrededor. Grotesco, pero inocuo si lo mira desde una perspectiva literal. Sin embargo, es después del primer tercio del libro que se revela la verdadera identidad de Humbert, la cual nos permite descubrir por nosotros mismos la verdad de que ningún pedófilo es inocuo. Expresiones como "mi princesa", "mi amor", "mi pequeña nínfula", "mi amada", después del primer tercio del libro pasan a ser "mi pequeña cautiva", "mi niña-esclava", "mi putilla". Es cierto que Lolita inicia la seguidilla de eventos que terminarán en catástrofe, pero si lee el libro, podrá darse cuenta que Lolita actúa permanentemente bajo una lógica infantil de la cual Humbert, adulto, abusa de la misma forma en la que abusan los violadores y los psicópatas. ¿Era Lolita sexualmente precoz? quizá sí, pero el hecho de ser sexualmente precoz o activa no la volvía menos niña. ¿Es Humbert un abusador, un violador, una criatura repugnante y de comportamiento reprochable? Sin duda, sí.
¿Por que recomiendo que lean esta novela?
está tan bien narrado, con detalles tan maravillosos e impensados, que se sospecha que Nabokov mismo habría sido un hombre que disfrutaba contemplando pequeñas nínfulas. Lo que es yo, después de leer este libro, me sumo al grupo de personas que opinan de esta forma. No digo de ninguna manera que Nabokov fuese un pedófilo y violase y raptase y arruinase vidas de niñitas, sin embargo, sospecho que fue una especie de Humbert reprimido durante toda su vida. Puede que no estuviese obsesionado por las niñas, pero sí que provocaran cosas tradicionalmente consideradas incorrectas en él. El libro efectivamente posee detalles demasiado específicos, demasiado particulares, como para que alguien, siquiera de la genialidad de Nabokov, pudiese haberlos sacado de una mente pura. Es por lo mismo que, creo, para las personas que gustan de estudiar las mentes de personas perturbadas, podría resultar interesante leer este libro. Y para las que no, también.
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